-Después de tres años, se reactiva la tradicional entrega de dulces en la emblemática vivienda del fraccionamiento La Hacienda
Karla García / Bitácora Sur
Tuxtla Gutiérrez.- Luego de tres años de espera, la casa de la “Tía Anita” ubicada en el fraccionamiento La Hacienda en esta ciudad, abrirá sus puertas nuevamente el próximo primero de noviembre para entregar dulces a todos los niños que la visiten, como parte del tradicional festejo de Todos Santos.
Juan Carlos Mendoza Castañeda, propietario de la casa de “la tía Anita de los dulces”, informó que este año sí habrá “calabacita” para los niños, ya que por tres años no estuvo abierta, dos años por motivo de la pandemia de la covid-19 y el año pasado por motivos económicos, ya que no se logró la meta que se esperaba.
No obstante, gracias al apoyo de algunas empresas chiapanecas, entre ellas, una de autobuses de viajes, se logró conseguir la meta propuesta para este año que es tonelada y media de dulces.
“Se logró superar la meta de tonelada y media de dulces porque la magnitud del evento, cada año se hace más grande entonces para un gasto familiar ya es más fuerte”; dijo Mendoza Castañeda.
Juan Carlos Mendoza, también conocido como “el tío Pelón”, detalló que para este año se espera la llegada de 40 mil visitantes en el fraccionamiento en el día de Todos Santos, por tanto, a la “casa de los dulces de la tía Anita”, contemplan la vista de un aproximado de 12 mil niños.
“Estamos preparando un evento con mucha responsabilidad en la cuestión de seguridad que sabemos la última vez el aforo en el fraccionamiento fue de 30 mil personas pasaron a la casa 8 mil niños, por tanto esperamos que lleguen a la casa unos 12 mil y una magnitud de 40 mil visitantes”; detalló.
Un evento de esta magnitud, dijo, requiere de mucha planeación y responsabilidad, por lo que desde seis meses antes, se preparan con todo lo necesario para recibir a los niños y entregarles sus dulces.
“Tenemos que prepararnos con extintores, ambulancias, áreas de seguridad, generador de emergencia en caso de que se vaya la luz, aspectos más complicados cada año que no se contemplaban antes y ahora sí”; explicó Mendoza.
Cabe destacar que ,la familia de Mendoza Castañeda realiza esta tradición como parte de un legado que su mamá, Anita Castañeda les inculcó a sus hijos desde que eran pequeños, la cual es una forma de devolver a la sociedad un poco de lo que la vida les da.
“Mas que adoptar la tradición, crecimos con ella, con lo que nuestra madre nos inculcó, compartir a los demás un poco de lo que la vida te ha dado. Cuando realizas este tipo de acciones sientes una satisfacción personal y te sientes bien, acá vienen niños de todas las condiciones económicas, al final de cuentas niños, vienen disfrazados, las sonrisas que tu ves pagan todo lo que una hace detrás de todo esto”; finalizó.
