
-En el marco del día del niño, Monseñor José Francisco, lamentó que los abusos contra menores ocurran incluso dentro del entorno familiar
Alfredo Pacheco / Bitácora Sur
Tuxtla Gutiérrez.- La Iglesia católica condena enérgicamente el abuso sexual infantil, al considerarlo un crimen grave que deja secuelas emocionales profundas en las víctimas, afirmó Monseñor José Francisco González González, arzobispo de la Arquidiócesis de Tuxtla.
En el marco del día del niño, Monseñor comentó en entrevista que tanto el Papa Juan Pablo II, como el Papa Benedicto XVI y el recientemente fallecido Papa Francisco, han insistido en la necesidad de proteger la inocencia de los niños y garantizarles un entorno seguro. “Los niños son el futuro de la humanidad. Si viven cuidados, atendidos y promovidos, vamos a tener una sociedad distinta”, dijo.
González González lamentó que los abusos contra menores ocurran incluso dentro del entorno familiar, y que estas experiencias traumáticas generen efectos duraderos en la vida de las personas. “Cuando una experiencia dramática se vive en una etapa donde no te puedes defender, queda marcada para siempre, a menos que alguien demuestre un amor sincero a esa persona”, expresó.
El arzobispo también alertó sobre el papel de México como destino del llamado “turismo sexual”, donde los visitantes no solo buscan paisajes, sino a menudo explotar sexualmente a menores. “Eso es un crimen muy grande por la gravedad del daño que queda. A veces este tipo de situaciones son más perjudiciales y adictivas que ciertas drogas”, advirtió.
En cuanto a los casos de pederastia clerical, Monseñor señaló que la Iglesia ha tomado conciencia de la gravedad del delito y ha reforzado sus mecanismos de prevención y castigo. Recordó que en 2001 el Papa Juan Pablo II impulsó una nueva legislación al respecto, misma que fue perfeccionada por el Papa Benedicto XVI en 2010 y más recientemente, el Papa Francisco reformó el Libro VI del Código de Derecho Canónico, relativo al derecho penal, para establecer con mayor claridad los protocolos de actuación.
“Se debe hacer lo que se debe hacer para que la pedofilia y la pederastia no se favorezcan, ni con desconocidos por comercio ni con conocidos en el entorno doméstico”, concluyó el arzobispo.