PUNTO DE FUGA
Alfredo Pacheco
Escala la violencia contra la mujer
Es innegable la escalada de violencia contra la mujer. Tan solo en la entidad van 20 feminicidios en lo que va de este 2025, crímenes tan atroces como la diversidad de contextos en los que ocurrieron.
Algunas personas señalan que la violencia contra la mujer es una cuestión de falta de educación o que se asocia a niveles socioeconómicos no favorecidos; sin embargo, estos argumentos quedan sin sustento cuando se atienden denuncias por agresiones tanto en colonias populares como en fraccionamientos residenciales.
Apenas el pasado domingo 29 de junio se informó del feminicidio de Lola Patricia Patishtán, segunda regidora del municipio de San Juan Chamula, y de acuerdo con algunas versiones, el presunto responsable sería su propio esposo. Ni siquiera la clase política se escapa de esto.
Los reportes constantes de feminicidios y el incremento de la violencia contra las mujeres en diversas esferas sugieren que las medidas implementadas hasta ahora no han sido suficientes ni efectivas para frenar esta problemática.
Las autoridades estatales hacen un esfuerzo, eso es innegable. Por ejemplo, la Sexagésima Novena Legislatura del Congreso del Estado aprobó el pasado mes de junio una reforma al Código Penal de Chiapas con la que las penas para delitos como el feminicidio pueden alcanzar hasta los 100 años de prisión.
Por su parte, colectivas feministas y diversas organizaciones han señalado la urgencia de replantear y fortalecer la Alerta de Violencia de Género en el estado, pues aseveran que las instituciones encargadas de su aplicación operan con limitantes alarmantes.
Esta situación se recrudece ante la falta de sensibilización de los primeros respondientes o de los ministerios públicos, quienes atienden las denuncias por agresiones contra mujeres. Muchas veces terminan por revictimizarlas o incluso disuadirlas de continuar con su denuncia.
Debo precisar que los esfuerzos en materia de seguridad en el estado son notables, y Chiapas es otro estado en comparación con hace unos meses. Es una gran realidad que ahora se puede transitar con tranquilidad por las carreteras chiapanecas y que ya no hay el riesgo constante de sufrir una extorsión. Eso es un logro de la administración estatal, indudablemente.
Sin embargo, es a nivel municipal donde en la entidad se deben fortalecer muchas cosas, las cuales van desde el alumbrado público, rondines policiales y la vigilancia al transporte público, para que las mujeres puedan desplazarse con tranquilidad. Y esa sí es responsabilidad de los alcaldes de cada municipio chiapaneco.
Destaca que gran parte de las agresiones a mujeres se da por parte de personas cercanas a ellas: su pareja, padre, hermano o algún conocido. Generalmente, son intradomésticas. Sería pueril pensar que se debe tener un policía en cada hogar; no obstante, esto puede menguar si se concientiza a los varones.
El arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, monseñor José Francisco González González, dijo que esa situación de que una persona abuse de otra más débil está intrínsecamente ligada a la educación sobre la dignidad humana y el respeto a la vida desde el hogar.
“Si no respeto mi propia vida ni mi dignidad, tampoco respeto los bienes ni la vida de los demás. Por eso se abusa, porque no se tiene la educación para vivir y convivir con los otros”, dijo.
Es por ello que urge fortalecer la educación, para que se eviten las violencias contra los seres más débiles y vulnerables. Se debe deconstruir el pensamiento machista y fomentar una cultura del respeto.
PERSPECTIVA
Se viene el cierre del ciclo escolar. Lamentablemente, muchas violencias contra las niñas y los niños se agravan en los días de vacaciones. Por favor, cuidemos a nuestros niños, que no solo son el futuro: son nuestro presente.
¡Hasta la próxima!