-Monseñor José Francisco Gónzalez Gónzalez dijo que los altares de muertos hoy reflejan no solo la partida natural, sino también la muerte impuesta por la violencia
Alfredo Pacheco / Bitácora Sur
Tuxtla Gutiérrez.- Monseñor José Francisco Gónzalez Gónzalez, arzobispo de la capital chiapaneca comentó ante los medios que en Chiapas el recuerdo de nuestros difuntos está ligado íntimamente a cuestiones como las desapariciones forzadas.
Durante su conferencia de prensa dominical en el marco del día de muertos, Gónzalez Gónzalez reconoció con tristeza que actulmente los altares de muertos, reflejan no solo la partida natural, sino también la muerte impuesta.
“Hay ofrendas con un espacio vacío, esperando la vuelta de hijos, padres y hermanos cuyo paradero es incierto; el dolor de las familias que buscan es un clamor por verdad y justicia que interpela nuestra fe y nuestras instituciones; o podemos ignorar que la violencia sigue estando presente en distintos lugares de nuestro país y estado: las armas, el crimen organizado y los conflictos territoriales han segado vidas inocentes. El luto se ha vuelto cotidiano, y la paz, un anhelo apremiante pero aún lejano” sostuvo.
En ese contexto, el arzobispo hizo un llamado a hacer de la memoria, justicia; y no solo orar por los que ya partieron, sino que unirse en oración a las familias que aún buscan a sus desaparecidos.
“Recordar sus nombres es negarse a que el olvido sea la última palabra. Apoyamos toda acción legítima que exija verdad y el fin de la impunidad; eer voz de “los sin voz”:
El compromiso cristiano es ponerse de lado del pobre, del migrante, del desplazado por la violencia. Es denunciar la opresión y trabajar por estructuras sociales que garanticen la vida digna, el trabajo justo y la paz”, dijo.
Asimismo, monseñor Gónzalez Gónzalez indicó que la esperanza ilumina y pidió a la ciudadanía que esta conmemoración no sea solo un rito nostálgico, sino un llamado a la acción; “al encender una vela por nuestros fieles difuntos, encendamos también la luz de la esperanza que nos impulsa a construir el Reino de Dios aquí y ahora. Un Reino de justicia, paz y vida, donde la dignidad de cada persona, viva o desaparecida, sea respetada” dijo para finalizar.
